CNEIP
VOLUMEN  6  |   NÚMERO Migraciones  |  2024

Artículo de investigación
CNEIP
El crimen organizado y su impacto en la movilidad humana en Ciudad Juárez
Organized crime and its impact on human mobility in Ciudad Juárez
DOI  https://doi.org/10.62364/cneip.6.2024.207
Dra. María Teresa Martínez Almanza*, María Nieves González Valles* y Alberto Castro Valles*
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Citación
Martínez-Almanza, M. T., González-Valles, M. N., y Castro-Valles, A. (2024). El crimen organizado y su impacto en la movilidad humana en Ciudad Juárez. Enseñanza e Investigación en Psicología Nueva Época. 6(Migración), 140-151. https://doi.org/10.62364/cneip.6.2024.207

Artículo  enviado 10-09-2023,   aceptado 21-02-2024,   publicado 26-02-2024.  

Resumen
El objetivo de esta investigación fue identificar los factores expulsores de personas en movilidad, ya sea por migración interna o internacional, que se encuentran en albergues de Ciudad Juárez, Chihuahua, México. La metodología cualitativa utilizada permitió analizar la movilidad de personas alojadas temporalmente en la urbe e identificar las experiencias de violencia que han padecido. La recolección de datos proviene de 60 entrevistas semiestructuradas realizadas en seis centros que brindan atención a migrantes. Los resultados revelaron amenazas de muerte y extorsión, incluso por empleados de dependencias de gobierno y de narcotraficantes, amenazas por parte del Cártel de Michoacán, así como secuestro de los hijos con propósitos de reclutarlos al crimen organizado. Se concluye que el entorno violento, propiciado en su mayoría por la presencia y actuación del crimen organizado, así como las carencias de satisfactores esenciales encaja dentro de las causas estructurales de la migración.

Palabras clave
Movilidad humana, violencia, crimen organizado, frontera, Ciudad Juárez


Abstrac
This research aimed to identify the factors driving the mobility of individuals, whether due to internal or international migration, who are staying in shelters in Ciudad Juárez, Chihuahua, Mexico. The qualitative methodology employed allowed for an analysis of the mobility of individuals temporarily housed in the city, and to identify the experiences of violence they have endured. Data collection was based on 60 semi-structured interviews conducted in six centers providing assistance to migrants. The results revealed death threats and extortion, including by government officials and drug traffickers, threats from the Michoacán Cartel, as well as the kidnapping of children for recruitment into organized crime. It is concluded that the predominantly violent environment, largely facilitated by the presence and actions of organized crime, as well as the lack of essential resources, fits within the structural causes of migration.

Keywords
Human mobility, violence, organized crime, border, Ciudad Juárez


La migración es un fenómeno complejo que afecta a millones de personas en todo el mundo, con repercusiones significativas en las comunidades de origen, tránsito y destino (Curiel & Caraveo, 2021). En el caso específico de Ciudad Juárez, Chihuahua, México, la proximidad con la frontera con Estados Unidos y la presencia de la delincuencia organizada en el país, han convertido a esta ciudad en un punto de tránsito y refugio para personas en movilidad, ya sea por migración interna o internacional, ya que la cercanía al país de destino EE.UU. les alienta a perseguir el sueño americano. Ante este contexto, surge la necesidad de comprender los factores que impulsan a las personas a abandonar sus lugares de origen y buscar refugio en albergues de Ciudad Juárez. ¿Qué condiciones sociales, económicas y políticas están contribuyendo a este fenómeno? ¿Cómo afecta la presencia de la delincuencia organizada en la toma de decisiones de las personas en movilidad? ¿Cuáles son los factores expulsores de personas en movilidad, ya sea por migración interna o internacional, que se encuentran en albergues de Ciudad Juárez, Chihuahua, México? La presente investigación aborda estas preguntas, con el objetivo de identificar los factores expulsores de personas en movilidad, ya sea por migración interna o internacional, que se encuentran en albergues de Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Así  podremos proporcionar una visión más completa y detallada de los desafíos y las necesidades de las personas en movilidad en Ciudad Juárez. Al entender los factores expulsores que enfrentan estas personas, será posible diseñar políticas y programas más efectivos para abordar sus necesidades y promover su bienestar.

Esta investigación es de vital importancia debido a la creciente atención que se está prestando a la situación de las personas en movilidad en Ciudad Juárez y en otras ciudades fronterizas de México. Comprender los factores que impulsan a estas personas a dejar sus lugares de origen y buscar refugio en albergues es fundamental para desarrollar estrategias de intervención efectivas y garantizar la protección de sus derechos humanos. Conocer las experiencias difíciles que han enfrentado permitirá diseñar programas de apoyo psicosocial para facilitar su integración en las comunidades de acogida. Además, este estudio contribuirá al cuerpo de conocimientos existente sobre la migración en la región y proporcionará información valiosa para la toma de decisiones a nivel local, estatal y nacional.

América Latina enfrenta desde hace décadas una realidad compleja caracterizada por sus altos niveles de violencia y delincuencia. Este fenómeno afecta la vida de millones de personas en todos los países del continente. Las dimensiones del problema pueden ser observadas mediante las estadísticas de los homicidios, ya que: a esta región, con solo el 8% de la población mundial, le correspondió en 2018 el 50% de los homicidios registrados a nivel mundial de acuerdo con los datos recabados por las Naciones Unidas en más de 202 países (Organización de las Naciones Unidas, [ONU], 2021).

La principal preocupación de los habitantes de América Latina es la seguridad ciudadana, ya que se sienten acosados por el delito común. Frühling (2012) identifica los factores de riesgo más comunes y afirma que 12 países de América Latina tienen graves problemas de delincuencia, violencia y pandillas. A pesar del esfuerzo de los gobiernos, las diversas estrategias empleadas para mejorar la seguridad ciudadana aún no muestran los resultados esperados.

Por su parte, Quintero (2020) afirma que la seguridad es una construcción social para implementar formas igualitarias en la estructura y en las relaciones sociales. Propone involucrar a las comunidades en la resolución de los conflictos; sin embargo, los esfuerzos realizados deben trascender la capacidad de respuesta inmediata y proporcionar mecanismos que contribuyan a garantizar la participación de las poblaciones de manera efectiva a través del tiempo.

Además, Flores-Macías y Zarkin (2021) hacen referencia a la participación de la milicia de ciertas regiones, analizan la militarización como forma de aplicación de la ley para atender los problemas de seguridad ciudadana; la evidencia arroja que en gobiernos latinoamericanos la tendencia a utilizar fuerzas militares para la seguridad pública ha aumentado. Esto se puede apreciar en el caso de México, en la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador. En esta dirección, Muggah y Aguirre (2018) subraya que, el problema de la seguridad ciudadana en América Latina y las altas tasas de violencia disminuyen el capital humano afectando al progreso económico. La seguridad ciudadana generalmente consiste en intervenciones integradas que abarcan los sectores de seguridad, justicia, prevención y gobernabilidad. “Existen señales que indican un empeoramiento de la situación: se proyecta que la tasa de homicidios en la región aumentará a 39.6 por cada 100.000 habitantes para el año 2030” (Muggah & Aguirre, 2018, p. 4) mientras que Aray et al. (2021) concluyen que:  América Latina requiere de la intervención mancomunada de un Estado responsable y participación ciudadana para una correcta ejecución de programas de seguridad ciudadana y empoderamiento social e institucional. La participación en actividades delictivas puede ser atribuida a individuos que enfrentan diversas vulnerabilidades, como carencias en sus prácticas y creencias, fracturas en la cohesión familiar, falta de educación y limitadas oportunidades laborales. Además, factores como el entorno social, los incentivos proporcionados por los mercados ilegales y la ineficacia de las entidades de seguridad y judiciales también influyen en esta situación.

Luna (2021) afirma que “la política criminal consiste en todas aquellas estrategias, instrumentos y acciones por parte del Estado tendientes a controlar y prevenir delitos en cuanto a las conductas criminales” (párr.1).  La historia del comportamiento delictivo en México muestra que el problema de la inseguridad pública provocada por el fenómeno delictivo no sólo no ha podido contenerse, sino que se ha agravado de manera alarmante (como lo muestran los altos índices de criminalidad y violencia  en homicidios, secuestros, amenazas, desaparición forzada de personas, feminicidios, entre otros y la delincuencia organizada en sus diversas manifestaciones), las actuales estrategias gubernamentales en México, en materia de seguridad pública y justicia penal son puestas en entredicho por su casi total ineficacia.  La política criminal de México ha sido caracterizada como una política predominantemente represiva y persecutoria, sin que por ello dicha política haya resultado más eficaz frente a la delincuencia organizada. Lo que quiere decir que, en la lucha contra el narcotráfico y las otras manifestaciones violentas, a pesar del uso de las fuerzas armadas y la gran pérdida de vidas humanas, los resultados no muestran una mejora de los índices delictivos ni garantizan la protección de los bienes jurídicos que entran en juego ni mucho menos posibilitan una convivencia más ordenada y pacífica de la sociedad mexicana. (Moreno, 2020).

En los albores del nuevo siglo, los cárteles mexicanos habían ampliado su poder y se habían adherido inextricablemente a organismos estatales y sociales en América Central y del Norte. Todas las piezas estaban colocadas para que pudieran apoderarse de segmentos de las fronteras mexicanas. Rodolfo Casillas, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en México, realizó una investigación pionera sobre cómo los cárteles comenzaron a controlar a los seres humanos. El autor hace una narrativa del surgimiento de los Zetas, un cartel creado a principios de la década de 2000 por desertores de las tropas de élite con base en Tamaulipas, que fueron los primeros en aprovecharlo. Haciendo valer su lógica militar de que los territorios debían ser controlados integralmente, en 2004 comenzaron a cobrar una tarifa a los migrantes que pasaban por su territorio. Ellos –y sus homólogos de otros estados– habían descubierto una mina de oro.

               Ese mismo año, el gobierno de Estados Unidos se negó a renovar la prohibición de diez años sobre la venta de armas de asalto promulgada por Bill Clinton en 1994. Cientos de miles de estas armas de grado militar comenzaron a ingresar ilegalmente a México desde Estados Unidos. En 2022, la Cancillería mexicana estimó que cada año se envían entre 500.000 y 850.000 armas desde Estados Unidos a México. Estas armas se utilizan para armar a las legiones de “sicarios” (asesinos a sueldo) que luchan entre sí por territorios, llamados “plazas”. Las muertes y desapariciones forzadas aumentaron en el país, así como los riesgos para las personas en movilidad. (Aguayo & Sepúlveda, 2023, pp. 88-89)

 

El crimen organizado adopta diversas formas y está estrechamente interconectado. En nuestra región, el narcotráfico lidera este entramado, pero a su alrededor se tejen actividades como el tráfico de armas, el lavado de dinero y la trata de personas. Las armas son esenciales para perpetuar la violencia que sustenta a estas organizaciones, al igual que el lavado de dinero, que les permite integrarse en la economía formal y encubrir sus actividades ilícitas. La trata de personas, por su parte, no sólo genera ganancias, sino que también ofrece un servicio complementario tanto para los traficantes de drogas como para sus consumidores. Además, las rutas utilizadas para el narcotráfico a menudo se aprovechan para el tráfico de recursos naturales y mercancías, ampliando así la red de actividades ilícitas (Sampó, 2020).

Existe una relación intrínseca de las diversas políticas de Estado, ya que la política de seguridad tiene implicaciones con varias políticas, pero particularmente para este caso, se abordará la política de migración.

Abrego (2021) afirma que, las políticas migratorias de contención y la violencia en los países de origen, tránsito y destino aumentan la vulnerabilidad de las personas en movilidad, ya que pueden generar experiencias de marginalización e inseguridad, lo cual refuerza la necesidad de migrar para buscar protección y mejores oportunidades económicas. Por su parte, Barros (2022) menciona que la administración de Biden ha simplificado el proceso fronterizo para remitir rápidamente para el enjuiciamiento a cualquier persona que “evada la detención”, sea “infractor reincidente” o “participe en esfuerzos de contrabando” (párr. 24).  Por su parte, Yousaf (2018) sitúa la migración forzada “en medio de intersecciones de crecientes inseguridades humanas que obligan a un número cada vez mayor de personas a abandonar sus hogares y volverse susceptibles a la explotación” (p. 1).

Una de las características contextuales más importantes, se relaciona con las condiciones en las que se migra actualmente. Los migrantes son víctimas del tráfico de personas. Tienen que pagar a quienes les apoyan para realizar la travesía unos costos exorbitantes para su capacidad económica. Dichos costos han ido aumentando en primer lugar, por la demanda de los “polleros” y además por las condiciones de violencia económica en los países de origen. Es decir, tratan de buscar una opción más “segura” al realizar el traslado, apoyados por las familias que quedan en el lugar de origen o que ya están en los Estados Unidos, por medio del pago por una parte de los dólares del costo total y el resto cuando llegan (Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe, [SELAC], 2022).  Además:

los flujos actuales han modificado el proceso migratorio en conjunto: rutas, estrategias de paso —muchos no cuentan con apoyos desde Estados Unidos—, se topan con mayores obstáculos —crimen organizado, tratantes, contrabando, mayor control migratorio, seguridad pública— y las razones para salir tienen mayor relación con una huida por cuestiones de seguridad que con factores únicamente económicos, son víctimas de una vulnerabilidad estructural que repercute en su día a día. Esta situación entorpece la planeación y, por tanto, el proceso migratorio puede tener un grado mayor de vulnerabilidad que ha modificado la meta: muchos deciden quedarse en México. Este es un giro que no solamente impacta en los propios migrantes y sus familias, sino también a México, que hasta ahora no había sido destino mayoritario de migración. (Gómez & Espinoza, 2020, p. 21)

 

Durante su estadía temporal en México, los migrantes se encuentran con entornos sociales marcados por la xenofobia, el racismo, la estigmatización y los prejuicios, lo que a menudo se traduce en rechazo, discriminación y exclusión. Además, enfrentan dificultades para acceder a empleo y servicios de salud, así como condiciones laborales precarias con salarios bajos (Arenas & Urzúa, 2016; Martínez & García, 2018). Quienes emprenden el camino de la migración cargan consigo un peso emocional significativo, marcado por un proceso de duelo que requiere adaptación al cambio y manejo del estrés cultural. La separación de sus seres queridos, la carencia de redes de apoyo y las dificultades lingüísticas afectan su identidad cultural, actitudes, valores, hábitos, roles y relaciones sociales. En conjunto, estas condiciones pueden tener un impacto profundo en la salud mental de los migrantes, quienes pueden experimentar síntomas depresivos, ansiedad e incluso estrés postraumático, así como una variedad de emociones negativas como desánimo, nostalgia, desesperación, soledad, angustia, frustración, desesperanza, miedo e incertidumbre (Suárez & Zapata, 2011).

La experiencia de migrar suele traer consigo una serie de efectos negativos en la vida de quienes toman esa decisión vital, ya que las políticas públicas dirigidas a los migrantes suelen ser insuficientes. En muchas ocasiones, estas políticas se limitan a brindar protección de los derechos humanos mediante albergues temporales, sin llevar a cabo investigaciones detalladas. Esto resulta en acciones que se limitan a registrar estadísticas sobre el número de casos, sin abordar realmente las necesidades de los migrantes (Naranjo et al., 2024).

La situación de violencia e inseguridad que viven los migrantes está empeorando cada día. En el siglo XXI el desplazamiento forzado por la violencia ha caracterizado el proceso migratorio. Esto ha desatado una crisis humanitaria en varios países, que se expresa en la afectación de los derechos humanos e impacta de manera negativa la calidad de vida y la salud de las personas en movilidad (Aikin & González, 2019). En el caso de México se han detectado altos índices de violencia hacia los migrantes ejecutada por actores tanto individuales como institucionales. Lo anterior se confirma con las notas periodísticas que se publican a diario, por ejemplo, el periódico N+ en su publicación del 5 de septiembre de 2023 dice:

Más de cuatro mil migrantes han sido rescatados por la Patrulla Fronteriza en casas de seguridad que operan organizaciones criminales en El Paso, Texas, y en Ciudad Juárez, Chihuahua. La Patrulla Fronteriza del Paso, Texas, declaró que las casas en las que mantienen aislados a los migrantes son de organizaciones criminales que buscan obtener dinero por el rescate de estos. Según el vocero de la patrulla fronteriza en El Paso, Texas, Fidel Baca, son cientos de viviendas que son utilizadas para mantener en cautiverio a los migrantes y pedir rescate a sus familiares. “Ya llevamos más de 260 casas de seguridad aquí en el sector de El Paso; más de cuatro mil personas estaban en esas casas de seguridad, las organizaciones criminales las utilizan como un punto donde se juntan después de hacer su ingreso ilegal a los Estados Unidos, la mayoría de las personas, su destino no es El Paso, Texas”. (Carmona, 2023, párr. 2)

 

Las caravanas migrantes emergen como una alternativa para aquellos que buscan viajar por territorio mexicano de manera aparentemente más segura, pero carecen de los recursos necesarios para pagar las tarifas exigidas por traficantes de personas o grupos delictivos organizados. Estos actores ofrecen un traslado que, en realidad, resulta ser bastante riesgoso, a cambio de sumas considerablemente elevadas. En este contexto, las caravanas migrantes han proliferado al ser consideradas como una opción viable para llegar a Estados Unidos (Correa-Cabrera & Koizumi, 2021).

Varela y Mc Lean (2019) afirman que la extrema violencia y la pobreza, ocasionan desplazamientos forzados masivos. También sugieren que no existen liderazgos claros ni organizadores profesionales, sino que se trata de movilizaciones espontáneas. También resaltan los supuestos beneficios de viajar en caravana, pero muchos de ellos examinan únicamente el trayecto desde el origen hasta la línea fronteriza, sin analizar las consecuencias a largo plazo de estos desplazamientos. Dichas narrativas describen a este tipo de fenómenos como éxodos de personas desplazadas por la miseria y las pandillas quienes, desesperadas, buscan la seguridad de transitar en grupo. Algunos de estos trabajos incluso interpretan estas migraciones en grandes grupos como una especie de insurrección, autodefensa o resistencia coordinada (sin liderazgos) entre sus participantes, ante las políticas migratorias restrictivas de México y Estados Unidos. Además, Nuñovero (2020) aseveran que el fenómeno migratorio, conjuntamente con variables contextuales como la política económica, el desempleo, la desregulación de mercados o la debilidad institucional en ciertos territorios, permite y se entrelaza con la expansión de las más graves formas de criminalidad de nuestros tiempos.

 

Método

El trabajo tiene un enfoque cualitativo interpretativo. Es de tipo exploratorio, del paradigma crítico constructivista y de la epistemología de la seguridad humana; se basa en un amplio marco conceptual para estudiar la composición sociodemográfica de las personas migrantes, el contexto migratorio desde el que se desplazan y la experiencia migratoria acumulada con énfasis en las experiencias de violencia, secuestro, extorsiones y desapariciones. Se eligió el método biográfico de Pujadas Muñoz por la versatilidad de la técnica biográfica y su facilidad de adaptación a diversos diseños de investigación. Las narrativas biográficas, de acuerdo con Pujadas, son tanto “una técnica de compilación como de análisis de fenómenos sociales que pueden ser empleados desde distintas metodologías y concepciones epistémicas, ya que construye relatos objetivos, construidos por el investigador partiendo de todas las evidencias y documentación disponible” (1992, p. 49).

La aproximación cualitativa en las ciencias sociales ha utilizado el método biográfico como el centro de donde emanan las ramificaciones que permiten la interrelación entre “el testimonio subjetivo de un individuo a la luz de su trayectoria vital, de sus experiencias, de su visión particular” y la “plasmación de una vida que es el reflejo de una época, de unas normas sociales” (Pujadas, 1992, p. 4), así como de los valores sociohistóricamente construidos con la comunidad de la que forma parte el sujeto.

La aproximación fue de tipo inductivo, los participantes fueron 60 personas elegidas mediante un muestreo por conveniencia.  Los requisitos exigidos para formar parte de esta muestra por conveniencia fueron los siguientes: que las personas entrevistadas fueran inmigrantes de otros países o de otras entidades de la república mexicana.

Se planteo como pregunta de investigación ¿Cuáles son los factores expulsores de personas en movilidad, ya sea por migración interna o internacional, que se encuentran en albergues de Ciudad Juárez, Chihuahua, México?

La duración promedio de las entrevistas fue de 30 minutos en los seis albergues de Ciudad Juárez mencionados.  Las entrevistas fueron transcritas y analizadas temáticamente. Se realizó una triangulación de datos, al combinar las narrativas personales de los migrantes entrevistados, con datos proporcionados por los responsables de los albergues participantes y autoridades locales.

Resultados

El perfil sociodemográfico de los migrantes

En este segmento se expone el resultado de las características sobre sexo, edad y ocupación de las personas migrantes entrevistadas. La distribución de género corresponde a 45 mujeres y 15 hombres, lo cual equivale a un 75% de género femenino y un 25% de migrantes varones. Este dato es importante porque exhibe la tendencia en aumento de mujeres migrantes, en contraste con décadas atrás cuando se registraba un proceso migratorio concentrado en hombres. Se destaca, además, que las mujeres migran acompañadas de sus hijos menores. La muestra se obtuvo de acuerdo al número de personas y su composición de género que existía en ese momento, ya que la situación del fenómeno migratorio es cambiante.

En cuanto al parámetro etario, el dato refiere que la edad promedio es de 30 años, por tanto, se encuentran en etapa productiva. Luego, sobre la ocupación, se obtiene que 15 mujeres se dedican al trabajo doméstico en sus hogares; 10 entrevistados señalan dedicarse al comercio; dos se ocupan en la pesca; cinco son operadores de maquiladora; diez, en actividades de agricultura; cuatro, en trabajos de limpieza; seis de ellos estaban desempleados; tres eran estudiantes; un asistente educativo; un ingeniero; otro más que refiere estar pensionado, y dos que realizan servicios varios.

A partir de los datos recabados, se identificó que un 20% de los participantes proviene del sector primario de la economía; un 8% proviene del sector secundario, de la industria maquiladora; mientras que el 52% mencionó realizar trabajos en el sector comercio y servicios, y el 20% se encontraban desempleados antes de emigrar. Esta información refleja la crisis económica que se vive actualmente y que se padece de manera más profunda ante la pandemia por COVID-19.

Tipologías migratorias

En relación con el contexto originario de las personas migrantes, se encontró que 36%, representan una emigración de tipo rural; 30%, de tipo urbano; suburbano con 32%; mientras que solo una persona entrevistada reportó una emigración de tipo indígena, lo que representa un 2%. Por lo tanto, estamos ante un contexto equilibrado, lo cual puede interpretarse como que el contexto es indistinto ante la problemática que experimentan las personas que deciden emigrar. Es decir, la situación de inseguridad está generalizada y se encuentra presente en los distintos tipos de contexto de donde provienen las personas entrevistadas. Esto nos lleva al análisis que presenta Castillo (2020), quien afirma que: la migración centroamericana y mexicana hacia Estados Unidos se caracteriza por la situación irregular de los migrantes, quienes son principalmente hombres en edad laboral con el objetivo de llegar a Estados Unidos como destino principal. Las causas principales de esta migración son la pobreza y la violencia derivada del crimen organizado y las pandillas. Se destacan tres procesos clave: la precarización de los procesos de desarrollo, el crecimiento de la desigualdad y la pobreza, y el aumento de los costos de vida. Además, se ha observado una vinculación entre la migración forzada y las catástrofes medioambientales en Centroamérica. Los desastres naturales han destruido comunidades y medios de vida, obligando a las poblaciones afectadas a migrar en condiciones precarias.

En el presente estudio se identifico variabilidad en el tipo de migración, en el que el 58% de las personas entrevistadas eran migrantes internos, principalmente de Guerrero con un 18% y Michoacán con un 21 (ver Tabla 1). La mayoría de los entrevistados provenientes de México decidieron emigrar debido a amenazas del crimen organizado, lo que muestra los factores expulsores que impulsan la migración. Además, el 42% proviene de migración internacional.

 

Tabla 1

Origen de los migrantes participes

Origen de la migración

Número de personas

Michoacán

13

Guerrero

11

Norte

7

Sur

4

Honduras

15

Guatemala

10

Total :

60

 

Al identificar la presencia de personas migrantes provenientes de Michoacán, se preguntó a los responsables de los albergues y autoridades municipales ¿cómo percibían la llegada de personas de Michoacán con relación al crimen organizado?  Lo cual nos permitió identificar que en Michoacán el problema de crimen organizado y migración está creciendo, pero además, mencionaron la falta de oportunidades para los migrantes que llegan de diferentes estados o países. Muchísima, muchísima gente de Michoacán viene huyendo del crimen organizado. Habrá gente que venga por problemas personales, pero a veces el ambiente genera pobreza, la gente que genera violencia crea pobreza e inseguridad. Aunque no tengan ellos específicamente una situación con el crimen organizado, pues vienen buscando esos espacios para mejorar ¿no? Si todo eso te genera falta de oportunidades pues vas a buscarlas por otro lado, es derivado de la violencia, pero el tema principal es falta de oportunidades. Si se crearan oportunidades, entonces se reduciría el desplazamiento forzado. E59 y E 46.

La respuesta de esta persona fortalece los aportes de Palmero (2017) con respecto a la combinación de escasez de oportunidades para el desarrollo humano y la amenaza de la violencia, lo cual conforma un cóctel que promueve la expulsión de una parte de la población.

 

Violencia Institucional y comunitaria

Además, se exponen algunas experiencias (mismas que se presentarán como E1, E2, E3, para indicar el número de entrevista) que evidencian los sucesos violentos a los que se vieron expuestos las personas migrantes localizadas en los albergues que sirvieron para la exploración de esta investigación. Estos resultados, mismas que se presentarán con la inicial E, que hace referencia a la entrevista y un número que indica el número asignado. Estas experiencias suman al planteamiento de Palmero (2017) de que la migración tanto centroamericana como mexicana hacia Estados Unidos se ve influenciada por situaciones locales y nacionales marcadas por el conflicto. En América Central, la paramilitarización del narcotráfico, la presencia de cárteles y las maras son protagonistas, sumándose a la pobreza y la miseria. Los participantes señalaron:

Amenazas de muerte y extorsión incluso por empleados de dependencias de gobierno y de narcotraficantes. Amenazas por parte del Cártel de Michoacán. Secuestro de los hijos con propósitos de reclutarlos al crimen organizado. E4, E8 y E21. Intentos de secuestro, con graves consecuencias psicológicas, desencadenando ideas suicidas. Desaparición de familiares, hijos, cuñados y esposos. E15 y E32. Estas narrativas se relacionan con los planteamientos de Castillo (2020) al afirmar que, además, se ha incrementado la migración forzada debido a la violencia en los hogares y comunidades de los migrantes, especialmente en el Triángulo Norte de Centroamérica. Los migrantes sufren diversos delitos durante su travesía por México, perpetrados principalmente por grupos del crimen organizado, autoridades y particulares. Esta situación adversa ha resultado en un aumento de las muertes y desapariciones. Como se rescato en el grupo focal, en el que señalaron:

Extorsión y violación sexual por parte de integrantes de un grupo de la delincuencia organizada en su lugar de origen. E40.

Una de las personas migrantes del extranjero, comentó que llegó a Ciudad Juárez con golpes y una bala en la pierna, con su esposo muerto y sus hijos asustados. E39.  En el camino fuimos víctimas de violencia, maltrato, gritos, empujones, nos quisieron golpear. E1, E7, E23 y E58.

Los motivos de la migración

Con base en las entrevistas realizadas, emerge como resultado que el motivo principal por el cual los migrantes entrevistados están en esta ciudad es para cumplir el sueño americano. Los migrantes deciden estar en México de paso mientras logran arreglar papeles u obtienen asilo en el vecino país, esto es, una migración en tránsito. Vienen de una situación precaria y sueñan con tener un trabajo que les permita sobrevivir y sacar adelante a sus hijos. El segundo motivo por el cual migran a la frontera es la violencia, delincuencia y falta de trabajo en su país o lugar de procedencia. De hecho, algunas personas entrevistadas expresaron de viva voz que fueron objeto de extorsión y amenazas. Una persona de las entrevistadas relató el secuestro de los hijos por parte del crimen organizado, dato donde se aprecia el posible vínculo entre migración y trata de personas. De igual forma, las narrativas de eventos violentos están presentes al relatar el intento de secuestro y, como consecuencia, una depresión y estrés postraumático en un menor, con la gravedad de ideas suicidas. Otro relato clave es quien manifestó que luego de que desaparecieron a su cuñado, los buscaban a ellos para matarlos, por lo que decidieron emigrar.

De mayor contundencia sobre el contexto de violencia es lo que algunos migrantes refieren al señalar que fueron amenazados por el cártel en Michoacán y esto los orilló a tomar la decisión de salir de su lugar de origen. Debido a estas vivencias es que las personas migrantes toman la determinación de salir de sus lugares de origen en busca de mejores opciones de vida. Queda en evidencia también que huyen de estas condiciones precarias en compañía de su familia: hijos, padres o esposos, pues la migración de familiares directos es el segundo tipo de migración predominante entre los entrevistados.

El porcentaje mayoritario de mujeres migrantes, 70% frente a 30%, también es un ejemplo de la falta de oportunidades y violencia hacia la mujer. Los hallazgos expuestos con antelación permiten dibujar la atmósfera de múltiples violencias en las que se encuentran las personas migrantes, por lo que optan por emprender el camino en busca de mejores esquemas de vida.  Es relevante mencionar la participación de instituciones formales en la violencia, pues los migrantes expresamente señalaron haber sufrido actos de extorsión y abuso de autoridad. Los hallazgos revelan una incidencia de desaparición de personas, amenazas, asesinatos, violaciones, palizas y heridas de bala que sufrieron los migrantes tanto en sus lugares de origen, como durante su trayecto hacia la frontera para intentar cruzar a Estados Unidos. Nuestros hallazgos encuentran relación con las afirmaciones de  De la Rosa (2021) al identificar que la migración indocumentada se ha convertido en una fuente de ingresos para las redes criminales, las cuales buscan mantenerse activas frente a la lucha contra el narcotráfico. En su intento por fortalecerse y resistir a esta confrontación con el gobierno, los cárteles y otros grupos delictivos se dirigen hacia los segmentos más vulnerables de la población. Estos delincuentes se centran especialmente en los migrantes debido a su condición de indocumentados, lo que los hace más propensos a permanecer en el anonimato. Además, son víctimas potenciales de secuestros, mientras que sus familiares son objeto de extorsión para obtener su liberación.

 Los delitos contra la propiedad en términos de casas quemadas, robo de camioneta, cultivos y negocios dañados, así como hurtos también fueron mencionados por las personas entrevistadas. Algunas mencionaron que habían hecho denuncias, pero manifestaron una desconfianza en las autoridades, ya que recibieron amenazas si continuaban buscando a sus familiares desaparecidos.

Los resultados de este estudio resaltan la urgente necesidad de implementar políticas y programas que aborden las causas estructurales de la migración, así como las necesidades inmediatas de protección y bienestar de las personas migrantes. En primer lugar, es crucial fortalecer los esfuerzos para combatir la violencia y la delincuencia organizada en los países de origen, a fin de reducir los factores expulsores que impulsan la migración interna e internacional. Además, se requiere mejorar el acceso a servicios de asistencia y protección para los migrantes, tanto dentro de los países de tránsito como en los destinos finales. Esto incluye la provisión de refugio seguro, atención médica, asesoramiento legal y apoyo psicosocial. Asimismo, es fundamental promover la cooperación regional y la implementación de enfoques colaborativos para abordar la migración transfronteriza de manera integral y respetuosa de los derechos humanos. Estas recomendaciones pueden contribuir significativamente a mejorar las condiciones de vida y seguridad de las personas migrantes, así como a promover una migración segura, ordenada y regular en la región.

Discusión

Se identificó que, la violencia estructural en los países de origen de los migrantes puede ser causada por la pobreza, la discriminación, la corrupción y la violencia armada, y puede, además, llevar a una mayor vulnerabilidad de estas comunidades y, en consecuencia, a la necesidad de migrar para protegerse. No obstante, se genera la transnacionalización de la violencia. En este marco de análisis de la seguridad ciudadana, y las políticas para atender los problemas de inseguridad, se identifica que la falta de resultados y opciones para que los ciudadanos puedan llevar una vida en paz, donde tengan acceso a oportunidades para mejorar su calidad de vida, es donde surge el deseo de buscar satisfacer ese ideal natural de vivir mejor y se toma la opción de la migración. Los resultados de esta investigación coinciden con los hallazgos de Nuñovero (2020) quien afirma que, actualmente, el fenómeno migratorio se entrelaza con diversas variables contextuales, como la política económica, el desempleo, la desregulación de mercados y la debilidad institucional en ciertos territorios. Estas condiciones permiten y fomentan la expansión de las formas más graves de criminalidad.

Con relación a las transformaciones del proceso migratorio en la actualidad, colocando a México como destino, nuestros hallazgos difieren de los planteos de Gómez y Espinoza (2020) quienes aseveran que los flujos migratorios actuales han transformado el proceso migratorio en su conjunto, cuyas dificultades los llevan a tomar la decisión de quedarse en México. Se observan cambios significativos en las rutas y estrategias de paso, ya que muchos migrantes carecen de apoyo desde Estados Unidos y enfrentan obstáculos adicionales, como la presencia del crimen organizado, tratantes, contrabando, un mayor control migratorio y la seguridad pública. Además, las motivaciones para migrar están cada vez más relacionadas con la búsqueda de seguridad en lugar de factores exclusivamente económicos. Los migrantes se ven atrapados en una situación de vulnerabilidad estructural que afecta su vida diaria. Esta realidad dificulta la planificación y hace que el proceso migratorio sea más vulnerable, llevando a un cambio en la meta de muchos migrantes, quienes optan por quedarse en México. Este cambio no solo impacta a los propios migrantes y sus familias, sino también a México, que hasta ahora no había sido un destino principal de migración. En las entrevistas realizadas en esta investigación, las personas participantes fueron enfáticas en mencionar que su interés es lograr el “sueño americano” en Estados Unidos y no les gustaría quedarse en México.

Esta investigación ha proporcionado una comprensión más profunda de los factores que impulsan la migración, así como de las consecuencias que esta tiene en la salud mental de los migrantes y en las sociedades de acogida, incluida la influencia de la delincuencia organizada. Se han identificado las principales causas de la migración, donde destacan la violencia estructural, la pobreza y la falta de oportunidades en los países de origen, así como el papel del crimen organizado en la exacerbación de estas condiciones. Se ha explorado el impacto de la migración en la salud mental de los migrantes, destacando el estrés, la ansiedad y la depresión como problemas significativos, incluyendo aquellos que resultan de la exposición a la violencia y la coerción por parte de grupos delictivos. También se ha analizado el papel de las sociedades de acogida en la integración y el apoyo a los migrantes, así como los desafíos y las oportunidades que esto presenta, incluida la respuesta a la delincuencia organizada y sus implicaciones para la seguridad pública.

El presente estudio presenta limitaciones; una de ellas es la falta de datos longitudinales que permitan seguir a los migrantes a lo largo del tiempo y evaluar cómo cambian sus experiencias y su salud mental con el tiempo. Además, debido a las limitaciones de recursos y tiempo, esta investigación se centró en un contexto geográfico específico y puede no ser generalizable a otras regiones o poblaciones de migrantes. También es importante tener en cuenta que la investigación se basó en datos autoinformados, lo que puede estar sujeto a sesgos y errores de memoria.

Un área importante para futuras investigaciones sería explorar más a fondo los mecanismos específicos a través de los cuales la migración afecta la salud mental de los migrantes, así como identificar estrategias efectivas para prevenir y abordar estos problemas. Sería beneficioso llevar a cabo estudios longitudinales que sigan a los migrantes a lo largo del tiempo para comprender mejor cómo cambian sus experiencias y necesidades a medida que se adaptan a su nuevo entorno. Además, sería valioso realizar investigaciones comparativas entre diferentes contextos geográficos y culturales para identificar las mejores prácticas en la integración y el apoyo a los migrantes en diferentes contextos. También sería importante investigar más a fondo las experiencias de las sociedades de acogida y cómo pueden mejorar su capacidad para apoyar a los migrantes y promover la inclusión social.

 

Conclusiones

Los problemas relacionados con la movilidad humana contemporánea han generado una creciente demanda de servicios de atención humanitaria por parte de personas fuera de sus países de origen. Para el caso de México, la crisis por inseguridad y violencia que vive el país coloca a las personas en movilidad, tanto interna como internacional, en una situación de mayor vulnerabilidad y riesgo durante su recorrido para intentar llegar a los Estados Unidos. En ocasiones, son víctimas de las propias autoridades que ejercen el abuso de poder exigiéndoles dinero para poder continuar hacia su destino. Este problema y otras experiencias fueron narradas de viva voz por las 60 personas entrevistadas con el fin de visibilizar un problema que debe ser atendido por las autoridades de gobierno en aras al respeto de los derechos humanos de las personas en movilidad.

En conclusión, este estudio ha arrojado luz sobre la compleja dinámica de la migración, tanto interna como internacional, en la región. Los datos revelan una importante proporción de migrantes internos, con Michoacán y Guerrero emergiendo como los principales estados de origen. La prevalencia de migración interna y las razones detrás de ella, particularmente las amenazas del crimen organizado subrayan la urgente necesidad de abordar los factores expulsores que impulsan este fenómeno. Además, la significativa presencia de migrantes internacionales, principalmente de Honduras y Guatemala, destaca la importancia de enfoques colaborativos y regionales para abordar la migración transfronteriza. Estos hallazgos resaltan la complejidad y la interconexión de los desafíos que enfrentan los migrantes y las comunidades receptoras, subrayando la necesidad de políticas integrales y coordinadas que aborden tanto las causas estructurales como las necesidades inmediatas de protección y bienestar de los migrantes.

Algunos Estados carecen de los recursos humanos, económicos, de infraestructura y de servicios suficientes para atender la creciente demanda ante el fenómeno migratorio. La migración y la movilidad de la población son determinantes de la salud cada vez más importantes y requieren una mayor atención en materia de políticas multilaterales.

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Correspondencia

María Teresa Martínez Almanza.  Doctora en Ciencias Humanas y de la Cultura por la Universidad de Girona, España. Profesora Investigadora del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1056-9204 Correo electrónico:  tmartine@uacj.mx

* Av. Plutarco Elías Calles # 1210, Fovissste Chamizal. Ciudad Juárez, Chih., C. P. 32310.

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