CNEIP
VOLUMEN  6  |   NÚMERO Migraciones  |  2024

Artículo de investigación
CNEIP
Palabras para el camino: la lectoescritura para gestionar el duelo en una población fugaz
Words for the journey: reading and writing to manage grief in a fleeting population
DOI  https://doi.org/10.62364/cneip.6.2024.203
Emma Hilda Ortega Rodríguez
Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías

Citación
Citación: Ortega-Rodríguez, E. H. (2024). Palabras para el camino: la lectoescritura para gestionar el duelo en una población fugaz. Enseñanza e Investigación en Psicología Nueva Época. 6 (Migración), 97-108. https://doi.org/10.62364/cneip.6.2024.203

Artículo  enviado 10-09-2023,   aceptado 13-02-2024,   publicado 26-02-2024.  

Resumen
El objetivo del artículo es discutir la relevancia de la lectoescritura como herramienta de expresión, reflexión y contención emocional para población en situación de movilidad. El posicionamiento epistémico de la investigación se funda en una metodología de acción participativa, cuya orientación sociocrítica se nutrió de talleres, entrevistas grupales y acompañamiento constante a los agentes involucrados. En esa línea, se muestra la experiencia lograda al emprender talleres de lectoescritura sobre el duelo en dos albergues ubicados en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; ambos dedicados a la atención integral de personas migrantes en su paso por la frontera sur de México. Entre los resultados logrados destacan: 1) Los motivos por los cuales la lectoescritura se considera una práctica escolarizada y tecnócrata y 2) El potencial liberador de leer y escribir sobre el duelo deviene en “palabras para el camino” aún por transitar: una alternativa de atención psicológica para una población fugaz.

Palabras clave
lectoescritura, movilidad humana, migración, duelo, atención psicológica


Abstrac
The objective of this article is to discuss the relevance of reading and writing as a tool of expression, reflection and emotional containment for the mobility population. The epistemic positioning of the research is based on a methodology of participatory action, whose socio-critical orientation was nourished by workshops, group interviews and constant accompaniment to the agents involved. Along these lines, the experience achieved by undertaking literacy workshops on grief in two shelters located in the city of Tuxtla Gutiérrez, Chiapas is shown; both dedicated to the comprehensive care of migrants as they pass through the southern border of Mexico. Among the results achieved, the following stand out: 1) The reasons why reading and writing is considered a schooled and technocratic practice and 2) The liberating potential of reading and writing about grief becomes “words for the path” yet to be traveled: an alternative of psychological care for a fleeting population.

Keywords
literacy, human mobility, migration, grief, psychological care


Introducción

 

En el presente reporte investigativo de acción participativa se propone que la actividad lectoescritora es una potencial herramienta de expresión, reflexión y contención emocional para población en situación de movilidad. Los fundamentos de tal afirmación se enmarcan en un proyecto mayor[1] donde, originalmente, se pretendió iniciar un proceso de alfabetización ―entendida por la UNESCO (2021) como un “medio de identificación, comprensión, interpretación, creación y comunicación” del conocimiento― implementada por la vía del acompañamiento lectoescritor a población en situación de movilidad humana. Dicha experiencia inició desde 2019 en un albergue para migrantes ubicado en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y para 2023 se extendió hacia otro albergue más en los límites de la misma localidad.

Se partió del eje de la movilidad humana distinguiendo este fenómeno en tres posibles vertientes: 1) La movilidad misma en tanto cualquier tipo de patrón de movimiento, humano o no (como bienes e información), cuya perspectiva es la importancia social y cultural que motiva dicho movimiento (Heyman, 2015, p. 427); 2) La migración como desplazamiento de los flujos humanos a través de territorios demarcados por fronteras políticas, el cual entraña “un proceso multidimensional [que se desarrolla] en espacios transnacionales en donde confluyen diferentes concepciones de la vida” (Alcocer Martínez de Castro, 2016, p. 145) y 3). La diáspora en tanto dispersión de «genealogías» históricamente contingentes y que ofrece una crítica a los discursos sobre orígenes inamovibles, pues no todas las diásporas mantienen una ideología de «retorno» (Brah, 2011, p. 211).

A partir de esa sintética distinción, en el proyecto se asumió la tesis preliminar de que comprender la relación entre los escenarios culturales que configuran la práctica lectoescritora, así como los procesos de adquisición, enseñanza y aprendizaje experimentados por sus actores, permitiría contribuir al desarrollo personal y comunitario de personas en situación de vulnerabilidad, desigualdad o marginación como la vivida por la población llegada a los albergues intervenidos, la cual se definió a sí misma como migrante.

Al respecto de la vulnerabilidad atribuida a las personas migrantes, durante 2019, en el equipo de investigación pudo apreciarse que el programa Quédate en México o MPP (Protocolos de Protección a Migrantes) ―emprendido el 25 de enero de 2019 por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y reabierto en diciembre de 2021 por la administración de Joe Biden― fue el parteaguas de múltiples abusos contra los derechos humanos de las personas en movilidad por territorio mexicano, pues así lo hacían ver los testimonios recopilados a través de entrevistas grupales y talleres de atención psicológica de primer contacto con mujeres y hombres adultos; Quédate en México también fue el preámbulo de investigaciones, llamamientos a la acción legislativa e impugnaciones judiciales por parte de organizaciones civiles y de derechos humanos de Estados Unidos y México (Herrera, 2023). Dichas denuncias pueden apreciarse en el informe de Human Rights Watch (2022).

Algunos de los temas más recurrentes en esta etapa de 2019 a 2022 ―a la cual denominaré “etnográfico-discursiva” porque se ponderó el discurso oral de la población migrante ― apuntaron hacia cinco tópicos medulares, a saber: 1) Una creciente violencia en las rutas de tránsito migratorio, 2) La ausencia de derechos humanos en los países de origen, 3) El advenimiento de las caravanas como estrategia de movilidad masiva, 4) La esperanza sobre el destino migratorio y 5) La cultura política como detonante del abandono del país de origen.

Derivado de dichos tópicos, las secuelas dejadas por el violento tránsito migratorio hacia el norte de México fueron nuestros fundamentos éticos para echar a andar un acompañamiento lectoescritor en donde el discurso oral correspondiera a un primer momento de discusión grupal, tras el cual se daría paso a un proceso de reflexión escrita en el que, retomando la argumentación de Ricoeur (2002), asumimos tres premisas básicas sobre la relevancia de los discursos escritos:

 

a)     Aquello realizado como discurso escrito detenta la condición de texto.

b)     Aquello que detentara la condición de texto se destina a un lector para que este lleve a cabo una interpretación.

c)     El lector que interpreta un texto puede abrirse a la comprensión de sí.

 

A esta segunda etapa del proyecto ―iniciada en enero de 2023― convino denominarle “textual y reflexiva”, pues a los escritos emanados por las personas en los talleres sobrevino un despliegue de agradecimientos y buenos deseos por compartir, con sus homólogos en movilidad, las resoluciones que cada autor daba a sus adversas travesías.

Para las temáticas expresadas en los textos fue posible delimitar una generalidad en sus contenidos: el cambio abrupto en los modos de vida en el marco de una migración nacional o internacional. En ese sentido, en el equipo de trabajo nos atrevimos a denominar duelo a dicha tendencia, toda vez que la Fundación Silencio (FUNDASIL) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) definen como duelo a “la reacción normal ante la pérdida, ya sea la pérdida de una persona querida, un animal, un objeto, etapa o evento significativo” (FUNDASIL-UNICEF, 2020, p. 7).

El duelo migratorio (Achotegui, 1999; González Calvo, 2005), se asocia a un gran cambio en la vida de una persona, pero a diferencia de otros procesos de duelo, el migratorio es recurrente y múltiple; por tanto, se torna un cuadro de estrés crónico (Achotegui, 2008), es decir, el llamado “síndrome de Ulises”:

 

En La Odisea, Ulises el navegante ya expresa: “Deseo y anhelo continuamente irme a mi casa y ver lucir el día de mi vuelta”. Tomando el nombre del mítico héroe, el término “síndrome de Ulises” es una denominación particular empleada para expresar el malestar, la desesperanza, el desánimo, la depresión, el sufrimiento... que sienten muchos inmigrantes por estar lejos de los suyos (González Calvo, 2005, p. 79).

 

De acuerdo con Achotegui (2008), en el duelo migratorio se pierden vínculos afectivos valiosos para la personalidad del migrante y, entonces, éste espera establecerlos nuevamente en el país de acogida. Así, el sufrimiento por la familia y los amigos, el uso habitual de la lengua, las prácticas culturales, el contacto con la tierra y sus paisajes, el nivel social logrado, el contacto con el grupo étnico de pertenencia; el miedo por los riesgos físicos que conlleva la movilidad, el fracaso del proyecto migratorio esperado, la incertidumbre por no poder regresar (González Calvo, 2005) son algunos de los motivos que emergieron en las reflexiones escritas de las personas acompañadas en esta investigación, por lo cual resultó prioritario permitirles su libre expresión.

En suma, gracias a la etapa “etnográfico-discursiva” de 2019 a 2022, cuyos testimonios discursivos revelaban procesos de violencia inherentes al tránsito migratorio, y gracias al advenimiento de la etapa “textual y reflexiva” de 2023, donde los contenidos escritos se centraban en el duelo ocasionado por los cambios en los modos de vida, esta investigación-acción se dirigió bajo la certeza de que escribir sobre el tránsito migratorio promueve la reflexión y reformulación sobre el impacto de la movilidad en sus autores, pues muestran en sus comunicaciones escritas una breve, pero significativa mejora de su experiencia de vida.

 

Método

 

El posicionamiento epistémico se fundó en una perspectiva dialéctica, propositiva y transformadora (Villasante et al., 2010), en donde el paradigma elegido para incidir hacia el cambio social fue la investigación de acción participativa (IAP); una metodología comprometida en tanto se “produce el conocimiento con base en la reflexión de los sujetos de la investigación, debido a que son los protagonistas de la misma, quienes la llevan a cabo, no sobre quienes se lleva a cabo” (Güereca Torres et al., 2016, p. 40).

En la investigación de acción participativa se espera emprender un proceso donde los sujetos de la investigación sean auténticos coinvestigadores con una aportación activa para delimitar, al menos, cuatro momentos de trabajo colaborativo: 1) reflexión, 2) diagnóstico, 3) ejecución y 4) evaluación (Güereca Torres et al., 2016, p. 40).

Para esta experiencia, las etapas se dieron de manera recursiva, es decir, se ha iniciado el ciclo de trabajo más de una vez, pues una característica relevante de la población migrante es la “fugacidad” y dinamismo, inherentes a su proceso de movilidad. En este punto, conviene aclarar que la IAP, clásicamente, se ha configurado como un método de incidencia social para grupos situados en un determinado espacio y tiempo, cuya permanencia física se garantiza la continuidad temporal del acompañamiento. No obstante, para grupos sociales en constante desplazamiento físico, limitar un posible cambio social a su permanencia en el mismo lugar, implica negar la propia naturaleza del fenómeno de la movilidad en toda su complejidad.

Esta limitación respecto a cómo comprender el fenómeno migratorio tiene larga data; según Ariza y Velasco (2015), existen tres grandes perspectivas de análisis sobre la migración, las cuales pueden resumirse en: a) aquella que apuesta por descubrir relaciones causales ancladas localmente, b) aquella que busca interpretar los sentidos y los significados culturales atribuidos por los actores, a través de narrativas o prácticas discursivas y c) aquella que elabora patrones con base en regularidades y asociaciones empíricas a través de la construcción de tipologías y trayectorias analíticas (p. 19). Puesto así, en ninguna de las tendencias formuladas se aprecia el interés por participar e incidir en la mejora de la población migrante.

Incluso desde el andamiaje metodológico, en el equipo de trabajo nos propusimos nombrar a nuestra participación “acompañamiento” y no observación participante, como suele conceptualizarse desde el método etnográfico al registro “in situ” del investigador en el contexto investigado, pues “la observación participante consiste en residir durante largos periodos en el lugar donde se adelanta la investigación con el propósito de observar aquello que es de interés del etnógrafo” (Restrepo, 2016, p. 31).

Por tanto, enmarcados en la lógica de la participación, el acompañamiento resultó una noción útil y relativamente reciente, la cual ha tomado su origen en el denominado giro afectivo que presta mayor atención a las emociones como fuente privilegiada de verdad sobre el sujeto; un giro epistémico en donde “el afecto aparece como previo a intenciones, razones, significados y creencias” (Arfuch, 2016, p. 248). Así, el acompañamiento es la responsabilidad por el involucramiento social desde los afectos “en un proceso que será siempre inacabado”, pues se trabaja de manera constante con las personas, en sus “procesos de autogestión y de autonomía, en su cotidianidad, en las luchas de su día a día, en la recuperación de la memoria histórica” (Katzer et al., 2022, p. 14).

Así, en este andamiaje metodológico se apostó por las capacidades críticas de las personas migrantes, asumiéndolas como agentes comprensivos de su propia realidad; situándonos, a su vez, como sujetos afectivos, capaces de reconocer en el otro, intencionalidades, y de construir conocimiento colaborativamente (Katzer et al., 2022, p. 14). A partir del carácter colectivo y relacional que emergió de manera natural en los contextos de acompañamiento, se construyó una etnografía colaborativa, pues fue a través de la intersubjetividad que comprendimos ―como grupo de investigación― otros saberes-haceres-sentires en torno a las dinámicas de movilidad humana presentes en el sur de México.

 

Etapas del acompañamiento lecto-escritor

 

1)    Reflexión

Esta experiencia investigativa inició en el año 2019, en una casa-albergue de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, desde la perspectiva de la atención psicológica de primer contacto, por medio de talleres de escucha y diálogo sobre temáticas varias[2]. Se diseñaron cartas descriptivas para emprender dinámicas grupales en torno a los derechos humanos, la equidad de género y los distintos tipos de violencia latentes en el proceso migratorio. El objetivo fue orientar nuestra acción en virtud de las problemáticas emanadas de las actividades.

 

2)    Diagnóstico

Hacia mediados de 2019, ya se había consolidado un acompañamiento diario en las dinámicas de la casa-albergue. Los días que se le visitaba, también se lavaban platos, se apoyaba en servir alimentos y se conservaba una relación gentil con quienes mantienen el funcionamiento de la institución. Nuestros talleres se constituían por entrevistas grupales con preguntas detonantes sobre temáticas pertinentes al tránsito migratorio. Posteriormente, se procuraban pláticas orientadoras sobre las diversas problemáticas expuestas. Las principales temáticas discutidas en este periodo diagnóstico giraron en torno a:

 

1) Una creciente violencia en las rutas de tránsito migratorio. Ahora el tiempo que estamos viviendo Honduras, en el Salvador y Guatemala son los tres países más peligrosos, conflictivos con las pandillas, y me tocó a mí que, por causa de las pandillas, tuve que abandonar a mi familia, no puedo regresarme pa mi tierra, entonces tengo que cuidarme mucho yo. (Anónimo, Honduras, línea 176; comunicación personal, 2019)

 

2) La ausencia de derechos humanos en los países de origen. Una crisis política que viene reaccionando a través de un año, tenemos un año de estar sufriendo la situación de una represión política que tiene un país; es como una dictadura, no puede ver nada porque el pueblo está sin armas, ellos tienen las armas, y si no te parece algo te matan o se van con tu familia. Como él decía, somos pocos los nicaragüenses que llegamos aquí a México, hay que darse cuenta de que encuentras más salvadoreños, más hondureños, pero así ya se ha incrementado la situación por lo que está pasando. (Anónimo, Nicaragua, línea 25; comunicación personal, 2019)

 

3) El advenimiento de las caravanas como estrategia de movilidad masiva. Esas caravanas fueron hechas con fines políticos desde los Estados Unidos, bajo un gobernador, bajo la ley de un gobernador, X gobernador, presionando a los países bajos, impulsándolos, apoyándolos económicamente para que hagan esa caravana, bajo una influencia política y efectos caóticos, catastróficos. Dicen “las caravanas, nuestros países muy malos para trabajar y la economía” es cierto, vivimos, sobrevivimos, pero las caravanas no se hacen de un campesino; una caravana no se va a hacer por un campesino, no se va a hacer por un decano de universidad, no se va a hacer.  Una caravana se va a hacer, recibiendo el apoyo de un país exterior bajo un decreto de ley, bajo la mesa. (Anónimo, El Salvador, línea 264, comunicación personal, 2019)

 

4) La esperanza sobre el destino migratorio. Ahí en Guatemala a muchos nos han brindado la mano, no puedo hablar mal de él porque nunca me trataron mal, me ayudaron en lo más que ellos pudieron y entré a México, entré a México el año pasado, me recibieron igual, con los brazos a abiertos y he trabajado, nunca he quedado mal con nadie, he trabajado y lo poco que he llegado a conseguir, como te digo, con mi sudor, con la gracia de Dios. Y en eso estamos, tratando de seguir más adelante, como dice él, pues llegar a nuestra meta, si Dios nos lo permite pues cruzar a Estados Unidos, mi meta no es Estados Unidos para serle franco, para Estados Unidos prefiero Canadá. (Anónimo, Honduras, línea 474; comunicación personal, 26 de junio 2019)

 

5) La cultura política como detonante del abandono del país de origen. Siete días que entró a la presidencia, pero nadie lo quiere, ninguna fuerza política del Salvador, ni izquierda ni derecha, nadie lo quiere, porque él va a hacer su partido político […] Él va a hacer su…el va a cambiar sus normas, va a cambiar todo, ya lo tienen...ya lo están, como que decirte; cuidando de este lado, cuidando de este otro lado, ya lo están jodiendo y tiene siete días. Ya lo están jodiendo y ¿qué?, los mismos salvadoreños, para fuerza política pues… (Anónimo, El Salvador, línea 420; comunicación personal, 2019)

 

En 2020, el advenimiento de la pandemia por SARS-CoV-2 impidió continuar con la dinámica presencial durante ese año; sin embargo, gracias a la lejanía del contacto interpersonal, se hizo evidente la necesidad de contar con un espacio de escucha y diálogo constante para enfrentar el duelo, motivo por el cual se buscó el financiamiento de un proyecto más ambicioso.

 

3)    Ejecución

Hacia enero de 2021, se propuso intervenir socioeducativamente contextos cuyo rasgo en común fuera la movilidad humana[3], ello a través de la lectoescritura como herramienta de vida (alfabetización cultural) en función de las necesidades expresadas y sentidas por los actores sociales; fue hacia octubre de 2022 que el equipo de trabajo[4] interiorizó que los textos escritos por personas en situación de movilidad entrañan un proceso hermenéutico en tanto quién escribe puede leerse a sí mismo y darle vida a su escrito. Desde el punto de vista colaborativo, al escribir a un lector que efectivamente leerá (un escucha, lector y acompañante), se crea una red de apoyo social, y tal fue el objetivo de esta etapa de trabajo: acompañar mediante la lectoescritura a las personas refugiadas temporalmente en una casa-albergue, así como a quienes se acercaban a recibir apoyo en un centro comunitario, ambos de iniciativa privada y ubicados en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Quienes participaron de esta etapa lectoescritora fueron hombres y mujeres, con una edad oscilante entre los 20 y 50 años de edad, provenientes de países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador), pero también provenientes de Nicaragua, Haití, Venezuela, Colombia, Cuba, China, incluso de algunas regiones de África. Su escolaridad fluctuaba entre la educación básica trunca y estudios universitarios o de posgrado concluidos. La mayoría estaba alfabetizada y era capaz de escribir en español, aun cuando no fuera su lengua materna; no obstante, la totalidad declaró haber salido de sus países de origen por motivos de violencia y no por ausencia de profesionalización o falta de oportunidades laborales.

Estas personas se encontraban en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, a la espera de tramitar su condición de refugiadas, pero tras múltiples penurias vividas desde la ciudad de Tapachula, Chiapas, muchas buscaban su traslado hacia oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) ubicadas en los estados de Tabasco, Veracruz o Ciudad de México. Algunas aspiraban a llegar sin documentación hasta la frontera con los Estados Unidos de América; otras aguardaban mientras se regulaba su situación migratoria en el Instituto Nacional de Migración (INM). A este panorama se suma que su estancia en las casas albergue no iba más allá de una semana debido a las políticas de cada lugar; en suma, se trató de una población fugaz debido a motivos legales o administrativos, y no necesariamente por razones asociadas a su voluntad o necesidad humanitaria.

Así pues, y dada la orientación de las nuevas actividades lectoescritoras, el escenario de ambos espacios fue intervenido: se pintaron muros, se adaptaron y reacomodaron mesas y libreros, se seleccionó y donó material bibliográfico sugerido por las personas asistentes, así como por los administradores de ambas instituciones.

Las actividades se centraron en ofrecer, como detonante reflexivo, pláticas orientadoras sobre derechos humanos, tipos de violencia, duelo y salud emocional. En todos los casos, se ofrecía la opción de entablar un diálogo grupal o escribir microrrelatos sobre las experiencias vividas a lo largo del paso por el estado de Chiapas en la frontera sur de México. Lo sorpresivo fue que ―a diferencia de la fase diagnóstica de 2019― los participantes preferían, de primera intención, escribir y ya no hablar, como ocurría en las dinámicas de atención psicológica de primer contacto.

Quizá por la gran cantidad de personas presentes en los albergues, se hizo patente la necesidad de ahondar en contenidos personales de manera privada, lo cual es congruente con el reciente aumento de los flujos migratorios difundido por el presidente de México (Aristegui Noticias, 2023), y aun cuando la Encuesta Emif-sur haya reportado cambios menores en los flujos de personas migrantes devueltas a Centroamérica por parte de las autoridades migratorias mexicanas y estadounidenses (El Colegio de la Frontera Norte, 2020). Así, al invitar a los asistentes a la reflexión, se ofrecía la posibilidad de compartir oralmente sus sentires y opiniones, o plasmar lo anterior en un escrito.

 

4)    Evaluación

A 10 meses de haber emprendido el acompañamiento lecto-escritor, entre los participantes de los talleres y los colaboradores de los albergues han emergido discusiones en torno a la funcionalidad de leer y escribir en medio del tránsito migratorio, resaltando en ello dos aspectos sobre el (re)aprendizaje del español escrito al ser la lengua franca de México:

 

a) Lo diferente: Las nacionalidades son diversas, así como los usos y prácticas del español escrito en sus lugares de origen y territorios de tránsito. Algunos microrrelatos resaltan la intolerancia a la diferencia como un reto de la movilidad:

 

Me he sentido bien acá porque no hay ninguna preferencia tanto en género como en origen, porque nos tratan como una persona más. Gracias por el apoyo que nos han dado siempre, pues el trato en México no ha sido nada bien, que tienen mucho racismo en el país, como si uno fuera de otro mundo. Todos somos seres humanos, sólo porque somos migrantes nos tratan mal, nos insultan. ¡No señores, eso no es así! Todos somos hermanos y nos debemos amor uno al otro. (Mujer, 21 años, venezolana, 2023)

 

b) Lo común: En las dinámicas de vida de quienes migran, la escritura es relevante en términos formales, tales como: traslado entre límites territoriales, trámites para solicitar la estancia legal, búsqueda de hospedaje, alimentos y empleo temporal. No obstante, hay temor hacia la escritura formal y estandarizada del español; un tema relevante que ha impedido, en algunos casos, la libre expresión de la subjetividad, pues el miedo a equivocarse o ser juzgado como “analfabeta” es enorme dada la equivocada tradición de ponderar la norma y forma sobre la expresión y el contenido.

            Pese a lo anterior, hubo microrrelatos en donde fue posible mitigar el duelo por el abandono del país de origen, y en la formulación de sus motivos para migrar se halló la reafirmación de su tránsito:

 

La verdad ha sido una decisión muy dura al salir de mi país, pues al entrar a México fue algo muy duro porque se encuentra con personas buenas y malas. Pero desde que llegué aquí [a la casa-albergue] me he sentido muy bien, como que estuviera en mi casa, nos han tratado con respeto y muy amables, y nos han brindado alimentos y muchas cosas más. (Mujer, 32 años, hondureña, 2023).

 

Soy madre soltera de tres niños. Salí de mi país por situaciones económicas, es muy triste cuando tu hijo te pide de comer y no tener nada que ofrecerles. Eso me animó a salir de mi país, Venezuela. Mis hijos son lo más bonito que tengo. Quiero un futuro mejor para ellos. Primeramente Dios así será. Mis niños se encuentran conmigo, gracias a ellos, ya en México. (Mujer, 30 años, venezolana, 2023).

 

No he vivido ninguna violencia por los momentos, gracias a Dios. ¿Por qué ando aquí? Es por sacar a mis hijos adelante. Muchos Maras. Uno ya no puede vivir. Por eso sale uno de su país, para superarse un poco más, porque ya no podemos nuestro país, por eso salimos. (Hombre, 30 años, Honduras, 2023)

 

Ante tal panorama, nos encontramos en el punto de diseñar conjuntamente e implementar nuevas estrategias en donde la escritura alfabética no sea el único vehículo de comunicación durante el desarrollo de los talleres; a ese respecto, la propuesta de la arteterapia, cuya base de trabajo son las artes plásticas, también merece atención como lectura y escritura del, sobre y para el mundo, pues hay casos en donde la alfabetización de los participantes se ha nutrido del dibujo y el diseño. Las sesiones emprendidas con esa perspectiva han sido pocas, pues también para leer las imágenes compartidas por los asistentes se requiere alfabetización visual.

 

Resultados en torno a los beneficios de escribir microrrelatos

 

Los resultados logrados en esta investigación de acción participativa son de naturaleza interdisciplinar, y pueden ubicarse en dos grandes áreas: a) La valoración de la lengua escrita por parte de la población migrante, correspondiente con la política del lenguaje de sus lugares de origen mediante la cual se “reproduce la hegemonía de la lengua considerada estándar y suele considerar todas las otras variantes de la lengua como inferiores o incorrectas” (Velázquez Castillo y Nogueira Beltrão, 2023, p.2) y b) La importancia del acompañamiento lectoescritor para la atención psicológica de una población fugaz, en el plano de la salud mental.

Respecto al primer punto, al tratarse de grupos sociales inmersos en dinámicas de migración internacional en su paso por la frontera sur de México, es común hallar:

 

i) La desvinculación entre las dinámicas de vida y la relevancia de la lengua escrita en los países de origen de las personas migrantes, debido a que ―en muchos de los testimonios― el dominio de la lengua escrita no era de mayor utilidad para sobrevivir, lo cual cambió en el momento en que decidieron cruzar hacia otra(s) frontera(s) política(s), pues leer y escribir se tornaron habilidades prioritarias para su movilidad, gestión y administración de su proceso migratorio.

 

ii) Los significados asociados a la lengua escrita y sus formatos de consumo tuvieron una breve pero significativa revaloración, pues existe una creencia estereotipada respecto a que leer y escribir configuran un hábito exclusivo de élites o para soportes impresos. A lo largo de los talleres, se reflexiona sobre cómo los participantes ya poseen “habilidades letradas que funcionan de manera paralela, y en muchas ocasiones conjuntas con otras literacidades que el propio sujeto porta, tales como las familiares o culturales” (Vázquez Ahumada et al., 2023, p.79), es decir, se concientiza sobre la potencial literacidad crítica la cual, en tanto agentes de movilidad, ya han echado a andar al salir de sus lugares de origen y cuestionar, por ende, el actual estado de cosas.

 

Sobre el segundo punto, los beneficios del acompañamiento se tornan evidentes al apreciar que:

 

iii) Las personas migrantes se reconocen como agentes de su aprendizaje lecto-escritor en un contexto no escolarizado.

 

iv) Las personas migrantes encuentran la lengua escrita como herramienta de reconocimiento y expresión en escenarios conflictivos de movilidad humana.

 

v) Entablan un diálogo consigo mismos y con quienes sigan sus pasos, pues se comprende que todos podemos reescribir nuestra historia, superar el duelo o gestionar cualquier emoción si se trabaja en colectivo. Al respecto, véase la siguiente reflexión de despedida:

 

Vengo de Honduras, me llamo Lixzi Lith Ríos García, tengo 19 años. Me he sentido bien en México, pero las comidas casi no nos gustan, no todas, algunas son ricas, otras no. La gente de aquí son bien buenas, nos han apoyado en lo que pueden, y que Dios los bendiga a todos. Hay veces que me da pena cuando vamos a los semáforos a pedir una moneda, la gente me ayuda y algunos nos hacen malas caras, pero que Dios los bendiga también. Estoy alegre porque ya me voy para mi país, voy a ver a mi familia, a mi otro niño que dejé allá de tres años, y a mi mamá y a mis hermanos. Ya el domingo me voy gracias a Dios. Gracias a todos.

 

Así también, la redacción de un poema inédito, emanado de una grata sesión de lectura y plática grupal, muestra el estado anímico de su autora:

 

La poesía es una sensación que inspira el alma, que inspira el amor puro y nostálgico.

Que el poema es lo que uno siente.

Sobre la yema de los dedos se sostiene la noche aérea y enorme, el espíritu reposa en el seno del vasto paisaje astronómico.

Amarra el mar su puerto traficante de estrellas y el aire es el pulmón lleno sobre las máquinas minerales de la tierra. (Mujer, 21 años, guatemalteca, 2023)

 

Y el agradecimiento de un hombre al saberse apoyado por un colectivo:

 

Yo me siento muy feliz de estar en México, porque por ahora me han tratado muy bien, he conseguido personas muy buenas que me han ayudado mucho, gracias por tanto apoyo en México. (Hombre, 30 años, haitiano, 2023)

 

Discusión

 

Partiendo de los resultados logrados, consideramos importante dejar en claro por qué es relevante la escritura, pero también por qué es relevante la escritura de microrrelatos ―textos narrativos que tienen como máximo una página, es decir, alrededor de 300 palabras (Shua, 2017, p. 5) ― para gestionar el duelo en situaciones de movilidad humana, particularmente la migración.

En los albergues intervenidos ha quedado de manifiesto que la noción de escritura, de primeras o segundas lenguas, se reconfigura hacia un sentido no academicista o tecnócrata y tiende, más bien, hacia una escritura con sentido. En este caso, los beneficios han permeado en el ánimo de los participantes de manera positiva.

Según Lanza Castelli (2008, párr. 1), “los beneficios terapéuticos del poner por escrito las situaciones traumáticas padecidas han sido testimoniados por numerosos escritores en múltiples oportunidades”, de los cuales resaltan los trabajos de James Pennebaker y colaboradores, realizados durante la época de los años 80 y 90, quienes dieron cuenta de cómo la escritura breve, por no más de 15 minutos y en pocas sesiones, contribuía notablemente en la mejora de enfermedades físicas:

 

En el formato más habitual de tales experimentos los investigadores dividen a los voluntarios en dos o más grupos. Uno de dichos grupos recibe la consigna de escribir sobre los sucesos más traumáticos de su vida, durante 15 minutos sin interrupción, a lo largo de 3 ó 4 días. Los otros grupos reciben consignas diferentes, como por ejemplo escribir igual cantidad de tiempo pero sobre tópicos irrelevantes. (Lanza Castelli, 2008, párr. 2).

 

En dichas experiencias, quienes escribieron sobre los traumas que habían padecido mostraron en los meses posteriores “una disminución en el número de veces que se enfermaban, una mejoría en el funcionamiento de su sistema inmunitario, en el asma y la artritis reumatoidea, en el cáncer de próstata, en la modulación del anticuerpo del virus Epstein-Barr, etc.” (Lanza Castelli, 2008, párr. 3).

Entonces, en el campo de la salud mental, el formato de Pennebaker ha resultado benéfico y se ha extendido a otros formatos y técnicas de escritura ahora llamada “terapéutica”, pues resulta “muy eficaz para buscar soluciones a problemas y estrategias de cambio [ya que] tras expresar el malestar o problemática concerniente nuestra mente se libera del conflicto del día, y deja espacio para poder pasar a la acción” (Mendive, 2018, p. 8).

En el entendido de que la escritura permite detenerse en “el aquí y ahora” para evaluar la vida, los microrrelatos han resultado en un ejercicio de escritura emocional que, por su breve extensión y secuencia textual:

 

(...) facilitan la tarea de secuenciar narrativamente los hechos traumáticos permitiendo construir un puente entre quienes éramos antes del suceso y quiénes somos en la actualidad, de manera que permite vislumbrar un horizonte de expectativas que hacen más viable el personaje de nuestra historia y la historia misma donde se inserta el personaje. Aquello que aconteció en el pasado y que no pudo ser comprendido y asimilado es organizado a través de la narración de manera que pueda formar parte de nuestro carácter, nuestra personalidad. (Cabrera Casimiro, 2006, p. 11)

 

Es por ello que la noción de acompañamiento lectoescritor ―la cual nos aventuramos a definir aquí como un trabajo colaborativo en donde la lectoescritura funge como herramienta, mas no fin, para expresar, comprender y compartir diferentes visiones de mundo con vistas a mejorar la calidad de vida de las personas―ha resultado crucial y significativa en el proceso de movilidad experimentado por adultos e infantes en los albergues intervenidos. Si bien en este artículo se ha dado cuenta de los microrrelatos escritos por mujeres y hombres en edad adulta, las infancias también han tenido un papel crucial en nuestra labor, llevándonos como equipo de investigación a explorar otras áreas de conocimiento, consultar especialistas, buscar técnicas y concretar herramientas que nos posibiliten seguir abonando a la reflexión individual y colectiva sobre cualquier problemática social.

            Sin duda queda mucho por decir respecto a la propuesta interdisciplinar emprendida en este proyecto, así como sobre las dificultades de seguir la lógica de un método participativo el cual, afortunadamente, podría no terminar en virtud de que cada ciclo de trabajo es perfectible. Por el momento, dejamos esta propuesta de trabajo abierta y dispuesta a ganar más adeptos para cerrar, de poco en poco, la brecha de desigualdad promovida históricamente alrededor de los usos y desusos de leer y escribir.

Conclusiones

 

A lo largo de este escrito se ha planteado un acercamiento interdisciplinar al fenómeno de la movilidad humana en México y sus vínculos con la inequidad educativa perceptible, sobre todo, en el desempeño lectoescritor de los grupos sociales inmersos en dinámicas de migración interna o externa. Para ello, se ha mostrado un caso de acompañamiento lectoescritor emprendido desde el paradigma de la investigación de acción participativa (IAP), mediante la cual, y en el ánimo de fomentar una alfabetización cultural, se han contrapuesto las dinámicas históricas de exclusión sociocultural impuestas por la política del lenguaje de los diversos países de origen de quienes participaron en los talleres.

A través de una sistematización sobre las actividades y reflexiones realizadas a lo largo de seis años, se dio cuenta de cómo es posible retomar los saberes lingüísticos y culturales de los grupos en situación de movilidad, así como las necesidades expresadas desde sus significados de vida, con la finalidad de intervenir socioeducativamente en los espacios y acompañar afectivamente a las personas. En este caso de estudio, se mostró cómo la escritura de microrrelatos fungió como una herramienta de expresión, reflexión y contención emocional para población en situación de movilidad, pues a través de la escritura de textos breves, se hizo frente al duelo migratorio experimentado por la población asistente a las casas-albergue reportadas.

Por todo lo anterior, invitamos a quienes a lo largo de este trayecto, u otros similares, se cuestionan la posibilidad de trabajar colaborativamente con personas migrantes dado el dinamismo e irregularidad que les caracterizan, pues si al ser fluctuantes las poblaciones éstas desmerecen atención, estaríamos muy lejos de hacer ciencia con relevancia social y humanística.



[1] Lengua escrita y movilidad humana: hacia una alfabetización cultural de grupos vulnerables en Chiapas, con número de registro 1633 en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCyT), correspondiente al Eje programático iii sobre Educación; eje propuesto por los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces) del gobierno mexicano.

 

[2] Estas actividades se realizaron en el marco del servicio social emanado del proyecto El discurso de la diáspora: regulación política, perspectivas de cambio sociocultural y tránsitos identitarios en la frontera sur de México, con registro 006-01-2019-UNICACH y con vigencia del 01 de enero de 2019 al 01 de enero de 2021. Los talleristas fueron estudiantes de octavo semestre de la Licenciatura en Desarrollo Humano de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.

[3] Dicho proyecto surgió en el marco de la convocatoria Investigadoras e investigadores por México del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCyT) y abarca cuatro contextos de población prioritaria, a saber: 1) comunidades de habla monolingües o con bilingüismo sustractivo, 2) grupos de población migrante nacional e internacional, 3) grupos de mujeres en situación de rezago social y 4) infantes en situación de calle.

[4] El equipo actual se encuentra conformado, en menor proporción, por los mismos talleristas de 2019, pero bajo la categoría de investigadores asociados adscritos la Especialidad en Procesos Culturales Lecto-Escritores de la Universidad Autónoma de Chiapas.

Referencias

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Correspondencia

Dra. Emma Hilda Ortega Rodríguez. Doctora en Humanidades, línea de lingüística, por la UAM Iztapalapa. Comisionada a la Especialidad en Procesos Culturales Lecto-Escritores de la Universidad Autónoma de Chiapas ubicada en Calle Canarios S/N, Fraccionamiento Buenos Aires, Delegación Terán, CP. 29050, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Correos electrónicos: emma.ortega@conahcyt.mx y emma.ortega@unach.mx. Teléfono: (52 1) 5527263164. ORCID: https://orcid.org/my-orcid?orcid=0000-0003-4351-8339

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